Cierto d铆a Chin tuvo que hacer un recado ya avanzada la tarde y sali贸 solo de su tienda.
Cuando iba por la calle una de esas patrullas 馃殧 lo par贸 y me pidi贸 la contrase帽a .
El chinito no lo sabia por lo que se llev贸 una tremenda golpiza .
D铆as despu茅s volvi贸 a suceder lo mismo.
Tuvo que salir de nuevo y le volvieron a parar.
Tampoco sab铆a que decir y como no sab铆a la contrase帽a , le volvieron a dar otra tremenda paliza.
Al tercer d铆a , lo mismo , pero ya escarmentado por tanta golpiza de los despiadados soldados , se le ocurri贸 contestar a la pregunta del “ santo y se帽a “.
Pues , ¡dilo t煤 primero !, con lo que esta vez los militares rieron y le dejaron marchar en paz .
Por una vez se hab铆a salvado.
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